Descargar versión para imprimir
Gregory J. Seymour, BDS, MDSc, Dr., FRCPath, FFOP(RCPA), FRACDS(Perio)
Pauline J. Ford, BDentSt, BDSc
Erica Gemmell, BSc, Dr.
Kazuhisa Yamazaki, DCD, Dr.
RESUMEN
Cada vez existen más pruebas de que las infecciones crónicas están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares. Se han planteado varias hipótesis para explicar estas relaciones, incluyendo la predisposición común, la inflamación sistémica, la infección directa de los vasos sanguíneos, y la reactividad cruzada o mimetismo molecular entre antígenos bacterianos y autoantígenos. En términos de predisposición común, una persona que sea propensa a sufrir una enfermedad periodontal progresiva también lo es a sufrir ateroesclerosis, pero la enfermedad periodontal no causa la ateroesclerosis. En los últimos años, gran parte de la investigación se ha centrado en el papel de la inflamación sistémica y en el aumento de los mediadores inflamatorios y las citocinas circulantes. Estos mediadores y citocinas pueden provocar un daño endotelial directo y, en última instancia, ateroesclerosis. Diversos estudios indican que las bacterias periodontales pueden invadir directamente el endotelio y, con ello, provocar una inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos que desemboque en ateroesclerosis. En términos de mimetismo molecular, se plantea que, dada la homología entre los antígenos GroEL bacterianos y la proteína de choque térmico humana (HSP), la respuesta inmunitaria local a las bacterias periodontopáticas genera una reacción cruzada con la HSP autógena expresada en el endotelio, lo que provoca una inflamación vascular y la consiguiente ateroesclerosis. Aunque cada vez existen más pruebas que respaldan esta hipótesis, ninguno de los mecanismos posibles es mutuamente excluyente y es probable que, en diferentes personas, diferentes mecanismos expliquen la relación entre la infección periodontal y las enfermedades cardiovasculares.
Cada vez existen más pruebas de que las infecciones crónicas están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares. Estas infecciones incluyen a Helicobacter pylori, Chlamydia pneumoniae, el citomegalovirus y, más recientemente, bacterias periodontopáticas como Porphyromonas gingivalis. Pese a que se han postulado numerosos mecanismos posibles, el mecanismo por el que estas infecciones se relacionan con las enfermedades cardiovasculares aún no se conoce con certeza. Existen no obstante diversas hipótesis, como la predisposición común, la inflamación sistémica con aumento de mediadores inflamatorios y citocinas circulantes, la infección directa de los vasos sanguíneos y, finalmente, la reactividad cruzada o mimetismo molecular entre antígenos bacterianos y antígenos autógenos. Esta hipótesis final está ganando apoyos y se hablará de ella en este análisis.
